
Moshi maasai Experience. Aventura en África

“Si alguna vez he visto magia ha sido en África”, Ernest Hemingway
Íñigo Martínez fue a África de vacaciones, en su mes libre quería subir al Kilimanjaro, quería explorar esas tierras y lo que es el destino su viaje se convirtió en la aventura de su vida. Montó Moshi maasai Experience donde sus clientes no sólo visitan, sino viven su particular Aventura en África.
“Los clientes no son maletas, hay que hacerlos sentir vivos “
Charlamos con Íñigo justo en un momento en el que estamos confinados en nuestras casas en Madrid y tanto a Raúl (que fue quien me habló de su precioso proyecto en Old Mossi, Tanzania) como a mí se nos llenó la ventana de naturaleza, libertad e ilusión.
¿Cómo llegaste a establecerte y vivir en Tanzania?
Llegué de casualidad. Tenía el mes de vacaciones y como me encanta explorar la naturaleza decidí ir a África. Este primer viaje fui colaborando con una ONG, que me acogió y fue mi puerta de entrada. Aprovechando este primer viaje, hice una excursión para subir un volcán en la zona del Lago Natrón, y conviví durante unos días con la comunidad Masai de esa zona, lo que me marcó de por vida.
Estuvo genial el viaje, pero toca volver a España ¿Qué pasó esos días por tu cabeza?
Volví a mi pueblo, a mi trabajo, que me gustaba y estaba bien, pero de mi cabeza no se me iba ese viaje. Hable con mis jefes, voy a estar tres meses más pero me tengo que volver a Tanzania. Pensé, tengo 29 años y es la edad perfecta para hacerlo.
Y tu familia, amigos ¿Qué te dijeron?
Mis padres al principio estaban preocupados, lo típico de los padres, ¿qué vas a hacer allí? , ¿vas a dejar un buen trabajo? Además era época de crisis y yo tenía trabajo. Pero se dieron cuenta que es lo que quería hacer, una decisión muy meditada y me hacía feliz.
“No tengo ni idea en lo que me estoy metiendo pero tengo que hacerlo”
Así arranca tu verdadera aventura en África
Si, volví a la ONG, trabajé con ellos 8 meses. Tiene un colegio para familias sin recursos. Estuve de profesor de inglés e intenté enseñar los colores a los niños y vi que con mi método no los aprendían. Vi claro que no era lo mío la enseñanza. Me dediqué a plantar árboles. Habían comprado un terreno y lo convertimos en una zona verde, con frutales.
Estabas bien en la ONG pero deduzco que tenías otras cosas en tu mente
Yo tenía billete de vuelta a España, pero cada día me pedía más aventura. Conocí a un chico local de Mossi, era guía local y me ofreció e montar un negocio. El se convierte en la llave y yo el medio: abrir la zona al turismo. En ese momento sí que empiezo a cumplir mi sueño. No tengo ni idea en lo que me estoy metiendo pero tengo que hacerlo.
En ese momento surge tu empresa, Moshi Masai Experience
Exacto, empezamos con muy poco. Casi nada de dinero pero mucha ilusión. La gente de allí vio las ganas con las que arrancamos y eso nos dio la clave de que nada podía salir mal. Queríamos hacer cosas diferentes, cambiar la forma de enseñar su tierra. Queríamos dar exclusividad, otro tipo de turismo. La gente de allí nos dio mucha energía. Fue la mejor motivación.
¿Desde el principio fue todo rodado?
Ni mucho menos, fueron dos años difíciles, complicados, una cosa es la energía y la ilusión y otra ponerlo en marcha. Pero estábamos convencidos de que lo que hacíamos era diferente y sobre todo daba valor a la comunidad. Ver la sonrisa, la felicidad de la gente es lo que más me motivó.
Recuerdas quienes fueron los primeros aventureros que llevaste en tu empresa
Sí, fueron dos voluntarias de Barcelona que estaban con la ONG y me plantearon hacer una exclusión en moto a un lago que está a unos 40 km de la ciudad donde vivían.
¿Qué es lo que os hace diferentes?
A parte de las excursiones locales que proponemos, que son únicas, soy un loco de la Naturaleza, me gusta participar de la cultura, mostrar cómo vive la gente de allí, como es la fauna, la flora. Me adapto a lo que quieren, pero siempre enseñando lo que vive la gente de allí.
Raúl Virosta “Siempre recordaré la entrada al mercado de Moshi”
“Yo realicé un Safari con Íñigo y vivimos momentos extraordinarios, pero siempre recordaré la entrada al mercado de Moshi, junto a Íñigo, un lugar donde no habría entrado solo, y donde nos encontramos con la sonrisa de las mujeres que atendían los puestos y ese valor humano que Íñigo aporta a su negocio”
Íñigo ¿qué haces para que la experiencia vivida de tu mano se convierta en algo tan diferente?
Creo que lo que nos diferencia es que cualquier propuesta de viaje previamente la he vivido yo. Por ejemplo, para ir a visitar al lago Natron, donde vive una comunidad Masai, veía que eran muy escépticos a la llegada de viajeros. Me fui una semana con mi tienda de campaña, hice amistad con la comunidad y les ayudé a abrir nuevas rutas. Cavé el terreno con ellos. Trabajamos juntos. Siempre que tienen alguna idea para el turismo me llaman. Me gusta ver que es lo que está pasando y ofrezco mi ayuda de corazón.
Una parte importante son los guías que tienes trabajando contigo. ¿Qué buscas cuando contratas un guía?
Muchos guías han empezado con nosotros, los formamos desde el principio. También nos han venido guías de otras empresas porque ven la filosofía con la que trabajamos. Lo que les pido es iniciativa, entusiasmo, del resto nos encargamos nosotros. Les formamos. Todos nuestros guías hablan español, eso facilita mucho explicar anécdotas, contar detalles que en otro idioma sería difícil explicar.
Qué tipo de visitantes son los que acuden a tu agencia?
Personas entre los 20 hasta la edad en la que se sientan con fuerza para hacer este precioso viaje. También tenemos fotógrafos, biólogos. Cualquier persona que quiera buscar una aventura en África vivida desde dentro.
¡Cuál es la mejor época para ir a visitarte?
Donde estamos nosotros, Tanzania, se puede visitar en cualquier mes del año. Abril y mayo no es tan recomendable porque son época de lluvias y se puede ralentizar los safaris. A partir de junio es perfecto, aunque si se puede elegir desde agosto a noviembre y desde navidad hasta mayo es la mejor época del año. Son las etapas de las migraciones y se puede disfrutar de la fauna en su mejor momento.
Íñigo, ¿qué propuestas hacéis?
Tenemos propuestas de todo tipo, safaris en bici, trekking, rutas al Kilimanjaro, al volcán, solemos llevar a los clientes a las zonas más remotas, aunque son muy seguras. Como novedad estamos diseñando rutas a pie de 3-4 días. Queremos ofrecer una experiencia increíble: poder cruzar el Serengueti andando para disfrutarlo de otra manera, alternando tiendas de campaña sencillas con otras de lujo. Poder mezclar aventura y confort.
¿Esto tiene que ver con el cambio empresarial en el que estás ahora inmerso?
Exacto, justo ahora me he embarcado en una nueva iniciativa Mhusika Africa Travel, (Mhusika es la palabra que define el carácter del pueblo africano) donde unimos experiencias, aventura y lujo. Creo que el futuro del turista que visita África y el resto del mundo pasa por vivir aventuras pero sin renunciar a alojarse en sitios confortables.
Raúl Virosta/ Sonsoles Herráez (Madrid)